Los bioplásticos obtenidos a partir de materias primas renovables contribuyen significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero durante todo el ciclo de vida del producto y durante la producción.
El etanol procedente de la caña de azúcar se utiliza como sustituto del petróleo para producir bioplásticos ecológicos, que tienen las mismas propiedades físicas y químicas que los plásticos convencionales.